¿También soñó con ser parte de una película navideña? ¿Viajar para encontrar el árbol perfecto? En esta nota, le contamos cómo puede experimentar en Asheville el espíritu festivo en las granjas de pinos de Navidad.
Existe un lugar mágico a 30 minutos al oeste de Asheville. Se llega manejando por antiguos caminos rurales mientras se sube cada vez más alto en las montañas apalaches, se cruzan granjas de cultivo y se atraviesa la comunidad rural de Leicester. Es una ruta especial para tomar en época festiva, digamos a principios de diciembre, cuando la niebla abraza las cimas de las montañas, el humo sale de las chimeneas y existe una sensación especial por todas partes.
Usted se encuentra allí en una misión que sólo ocurre una vez al año: elegir, cortar con sus manos y llevarse a casa el perfecto Árbol de Navidad.
Ya casi está llegando a Sandy Mush Valley, zona rural y boscosa en las afueras de la ciudad. Tras dejar el camino principal, atravesará una profunda hondonada y subirá por una cresta empinada. Gire hacia el camino de tierra flanqueado por campos de blackberrys.
Ahora sí: Bienvenido a Sandy Hollar Farm, la única granja de árboles de Navidad para elegir y cortar del condado de Buncombe.
Al bajarse del auto, le esperan tractores con largos trailers de madera. Hay una pila de sierras de mano. Elija una y súbase al trailer para empezar la aventura. Ojalá se haya puesto sus botas para el barro y no esté abrigado en exceso porque lo que espera es una larga caminata cuesta arriba en la montaña en búsqueda de un pino navideño.
Una película navideña
June Hawkins y su esposo Curtis plantaron los primeros árboles de Navidad en Sandy Hollar en 1969. "Simplemente queríamos algo diferente, y fue un éxito", dice June, de pie en su tienda navideña llena de coronas y guirnaldas, junto con tejidos a mano, chales, bufandas.
Aunque Sandy Hollar fue la primera en el área de Asheville y sigue siendo la única en el condado de Buncombe, el oeste de Carolina del Norte tiene varias granjas de árboles de Navidad para "elegir y cortar". Algunas de ellas están ubicadas cerca de Waynesville, como Boyd Mountain Christmas Tree Farm y Mehaffey Tree Farm.
Otras opciones cercanas son la granja Tom Sawyer en Cashiers, la granja Cartner en Newland y otras muchas más que puede encontrar en el sitio web de la Asociación de Árboles de Navidad de Carolina del Norte.
¿Por qué esta zona de Carolina del Norte es perfecta para los árboles de Navidad? Las tierras altas del sur de los Apalaches tienen las condiciones de crecimiento ideales para una de las especies de pinos navideños más queridas, el abeto Fraser, que crece naturalmente en los bosques de gran altitud y florece en climas fríos.
La emoción de los participantes crece mientras el tractor avanza por otros sectores de la granja: de un lado las cabras y las llamas, con su estanque de agua y sus gallinas. Del otro lado, la clásica antigua construcción de granja sureña, desde donde los hermosos perros Great Pyrenees de Hawkins miran alerta pasar al grupo.
Entre los buscadores del pino navideño, se encuentra la familia Birdwhistell, que llegó a Asheville desde Raleigh, capital de Carolina del Norte, y Houston, Texas, para cumplir el sueño de elegir y cortar por primera vez su propio pino de Navidad.
"Queremos vivir nuestra propia película navideña", cuenta Tracy Birdwhistell, la madre del grupo, una mujer de unos 50 años que lleva el clásico outfit navideño: pantalones pijamas rojos, remera cómoda y aros plateados con motivo de estrella navideña. Cerca de ella uno de sus hijos reproduce en alta voz las canciones festivas de Chuck Berry y entre todos escalan la montaña como si buscaran un tesoro en un mar verde y humeante.
-¡Me encanta este!, dice Sandy, la hija adolescente de la familia, mientras abraza un pino fraser de unos 5 pies.
-¡Vengan a ver este, creo que tengo el elegido!, grita desde la cresta del campo navideño la novia del hijo mayor.
Todos están buscando el árbol perfecto, pero es mucho más que eso: "Es la aventura completa, tu sabes, caminar por entre los pinos mirando aquí y allá hasta encontrar el correcto, y después esforzarte para cortarlo y llevarlo a casa contigo", explica Tracey.
Para hallar el árbol perfecto tienes que seguir a tu corazón navideño. Toda la familia sube hasta la parte más alta, justo donde el campo productivo se transforma en bosque nativo. Allí eligen su pino navideño: un fraser fir frondoso de unos 8 pies que, entre padre e hijo, cortan con la sierra y entre risas, mientras el resto de la familia toma videos.
El próximo paso será bajar con el árbol al hombro y esperar a los granjeros que en tractor vendrán a buscarlo. Después la familia se subirá al tractor para volver a casa con la misión cumplida y un pino navideño amarrado al techo del auto, listo para ser decorado y admirado en la Navidad.
Los Árboles de Navidad en Carolina del Norte
No existe Navidad sin árbol navideño. Y en Asheville, Carolina del Norte, crece el árbol estrella de las fiestas de fin de año: el pino fraser fir, un pino de agujas verde opaco con forma de cono, originario de esta zona de las montañas Apalaches, y especial por su aroma que, todos dicen, es el aroma de la Navidad.
Quizá no lo sabías, pero Carolina del Norte es el segundo productor del país de pinos navideños y, según la Asociación de Árboles de Navidad de Estados Unidos, en el estado hay unas 1,600 granjas de producción que producen más de 58 millones de pinos al año en 38,000 acres.
La especie Fraser representa más del 94% de todos los árboles navideños en Carolina del Norte. Este pino, considerado la estrella de la Navidad, es el más buscado por familias que viajan hasta Western North Carolina para buscar el suyo.
También en la Casa Blanca saben lo especial que son los pinos fraser nativos del sur de los Apalaches: Un Fraser norcarolino ha sido elegido 14 veces, más que ningún otro estado, como el árbol de Navidad oficial de la Casa Blanca, la última vez en 2021.
Un dato curioso es que el pino Fraser fue nombrado así por John Fraser, un botánico escocés que exploró el sur de las montañas apalaches en 1700. Esta zona es el único lugar donde los Fraser crecen naturalmente, sobre todo en alturas por encima de los 3.000 pies, ayudados por las frías temperaturas y la abundante lluvia en la parte más alta de Carolina del Norte.